Sí, ya era hora, por fin vuelven. Las manecillas de mi reloj mental han parecido moverse a una ridícula velocidad, pero poco a poco, ha llegado la hora, por fin vuelven.
Y es que el mercurio vuelve a pasar de los 25, y de los 30, lo que hace que vuelva el olor a sal, el tener que cerrar los ojos para no quedarte ciego por tanta luminosidad, el dejar en el baño más arena que en la playa.
Vuelven el salir a la "fresquita" con los mosquitos, los paseos por los puestos de verano y los helados.
¡BASURA!
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