domingo, 28 de noviembre de 2010

Doesn't matter the language...

Sometimes I feel broken, but I don’t know better glue than your sex. Sometimes I feel alone, but I don’t know better company than your breathing. Sometimes I fell blind, but then I can see you smiling. Sometimes I’d like to be deaf; I don’t want to hear anything, except your sweet voice whispering magic things to my ear. Sometimes hope is gone, but your hand is always holding my hand. Sometimes I think you’ll left me alone, but then I smell your perfume. And when sometimes, I’m sad, you are the only one that can cheer me up.

...if the meaning is the same.

Se me antoja ser bilingüe, tu lengua y la mía. 

sábado, 27 de noviembre de 2010

Días grises

Las gotas hacen carreras por el cristal de la ventana, parecen lágrimas corriendo por una mejilla trasparente. Silba el viento en la calle, azotando los árboles del parque, que parecen estremecerse por el frío. Hay mil cosas que hacer, cientos de palabras que subrayar, pero en los días grises, la cama y las mantas suplican compañía. En los días grises, la lluvia, el frío, la oscuridad y la soledad se mezclan para hacer una sopa de tristeza, que te aturde el pensamiento, que te hace pensar en gris.

En los días grises me gustaría que su piel fuera mi manta, su cuerpo mi cobijo. 

El canto primitivo que dices al silencio
y la historia sonora que cuentas al ramaje
los comenta llorando mi corazón desierto
en un negro y profundo pentágrama sin clave.


Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena,
tristeza resignada de cosa irrealizable,
tengo en el horizonte un lucero encendido
y el corazón me impide que corra a contemplarte.

Federico García Lorca - Lluvia (extracto)

martes, 23 de noviembre de 2010

Botón de encendido

Me gusta besarte en ese lugar que te enciende, para luego marcharme. Es como girar la llave del coche, andar dos metros y parar; es como encender la luz, para quedarnos a oscuras, prender la mecha para luego soplar; es como enseñar la recompensa, y luego guardarla…

Me gusta que bufes de desesperación, y con tono de enfado me digas “¿Otra vez?”, y me gusta interpretar mi papel, seguir vistiéndome mientras te miro con el rabillo del ojo y te veo observándome con las cejas enarcadas y esa cara de incredulidad.

Pero ya sabes, que siempre me haces regresar.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Incredulidad

No te creo, no puedo creerte. Aunque no soy capaz de ver la mentira en tu mirada no puede ser cierto. Es inverosímil.
¿De verdad pretendes que piense que me quieres? ¿Qué no puedes vivir sin mí? ¿Qué te vuelvo loca con cada movimiento?  ¿Qué tan solo piensas en mí?
Perdona que te diga que no me lo creo. Sería todo demasiado perfecto.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Susurrando deseos

Entre el barullo de gente, abrigados por una multitud, no paras de susurrarme lo que tienes ganas de hacer, lo susurras para no escandalizar a nadie. Nunca entendí por que el sexo causa tanto pudor. La aglomeración se disuelve, o somos nosotros que huimos, el caso es que nos encontramos con un océano de calma e intimidad y una cama mullida arropada por cálidas sábanas. Que mejor escenario, tampoco hace falta nada más, tú, yo y un lugar donde estar cómodos.

Parece mentira la facilidad con la que la ropa cae al suelo, la sutileza con la que se desatan cordones, se bajan cremalleras, se desabrochan los botones y se sueltan los cinturones. Mis dedos leen braille sobre tu piel suave, ardiente… Cumples el deseo que llevas recordándome al oído toda la tarde, bajas entre mis piernas y noto cada rincón de tu boca, tu lengua juguetona, me encanta que me pongas la mano sobre tu pelo, te encanta que te lo enrede mientras te guio, aunque no te haga falta dirección de ningún tipo.

No aguanto más, esto ha estado bien como tentempié, pero ahora necesito el plato fuerte; vamos a conseguir que los vecinos nos manden callar.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Te quiero y punto.

Cada gesto, el que te ilusiones por un pintauñas nuevo, que me muerdas la rasta mientras me dices que eres tonta, el verte rebujada en una manta, que te encante hacerme cosquillas, que me ordenes que te rasque cuando ya lo estoy haciendo, el que no seas capaz de no meterme mano, que te aprendas el orden de los abalorios de tu pulsera y me hagas repetirlo, que con cada mirada me pidas toda un vida junto a ti, que cada vez que ves un bebé me pidas uno, que te rías a carcajadas cuando me restriegas los dedos por la cara, que te indignes cada vez que te digo enana, que me hagas chichones a cabezazos, que me des besos que solo saben a ti…

No me hace falta gritarlo a los cuatro vientos, mientras tú lo tengas claro. 

Por fin te he encontrado.

jueves, 4 de noviembre de 2010

martes, 2 de noviembre de 2010

Mateo Pito

Tus pupilas reflejando el temblor de las velas no dejan de pedirme que te ame. Una suave sonrisa se dibuja en tu cara, realzada por la cálida penumbra de las llamas. Nuestra respiración sincronizada con el baile del fuego, fuego que no sólo arde en la mecha, fuego que arde en ti, que arde en mí, fuego que intentamos apagar a besos, pero que aunque reduzcamos a ascuas, siempre conseguimos reavivar. 

Quien juega con fuego se quema, y quiero quemarme, quiero que tus labios y tus caricias me produzcan quemaduras, unas quemaduras que no duelen, unas quemaduras que deseo sentir día a día. Como día a día deseo sentir tu aliento sobre mi pecho, como cada día deseo que ahogues tus gritos mordiéndome, como cada día deseo que me claves las uñas y como cada día deseo que me digas te quiero sin apenas aliento.

Y como cada día, cada noche quiero dormir contigo, para decirte te quiero entre sueños y tener ataques de risa repentinos sin saber la razón, para que me abraces. Porque ya que lo he probado, no creo ser capaz de volver a dormir sin ti.