lunes, 28 de noviembre de 2011

Porno de colores

Giro de llave, la chaqueta al perchero, y como en el argumento de una película porno barata intento poner mi voz más varonil y grito: "¿Hace falta aquí un fontanero? Porque traigo una cañería bien gorda". Una risa precede a tu cara por la puerta del salón y vienes a recibirme.Ya tenía bastante claro que esa frase no era la más erótica pero, o eso, o estabas caliente antes de que llegara, porque lo apasionado de tu beso tenía todas las intenciones de despertar algo en mis pantalones. 

Ni cama, ni sofá, ni encimera... ¡Escalera! Escalera de color. El color de tus labios, de nuestras ropas aterrizando en los peldaños, el color de tus pezones repletos de sexo, el rojo de tus rodillas sobre el parqué y de tus labios buscando mi sur. 

Buscamos el cuarto a empellones y arrasando con todo caemos en la cama para seguir con los colores. Esta vez con el más verde de los números, ese que no llega a 70. Placer mutuo, placer a la par, un placer que no nos deja gemir porque no se debe hablar con la boca llena. Con las papilas gustativas gastadas pasamos al naranja de tus sábanas donde nos enredamos y cariño, no esperes que después de tanta emoción tarde mucho en dejar mi mente en blanco

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