sábado, 11 de septiembre de 2010

Lo demás, es lo de menos

No puedo frenar estas ganas de verte estremecer, gritar y suplicarme más. Gracias al cielo, no te haces de rogar y yo me conozco demasiado bien tus puntos débiles. Una caricia por aquí, un susurro por allá y besos por acullá, consiguen que busques mis besos con avidez, pero ahora me hago de rogar, quiero que estés sedienta, quiero que me lo des todo, quiero volverte loca, que me vuelvas loco.

Cuanta menos paciencia tengo, más me cuesta desnudarte, es más fácil hacer saltar los botones que quitarlos uno a uno, luego habrá tiempo de lamentarse por los rotos y los sietes.  Ahora solo hay tiempo para dedicar al placer, al placer de tu sexo, al placer de tus susurros, de tus gritos y tus te quiero.

El mundo se para cuando estoy dentro de ti, se para, para admirar nuestro movimiento, como olas que chocan contra el acantilado entre rugidos, nuestras caderas.  Una temblorosa gota de sudor sobre tu agitado pecho, tu espalda arqueada, levantando tu vientre, buscándome y yo buscando en tu profundidad, con eso me quedo, con la perfección de tu rostro exhausto, con la magia de que seas tú, lo demás, es lo de menos.

Puedes pedirme que cierre la boca y tire la llave, pero no me pidas que deje de desearte.

1 comentario: