martes, 28 de septiembre de 2010

Cuando la vida sabe a vida

Una vez más, se me escapa el alma por los poros al oírte decir te quiero. Sé que no se demuestra nada con las palabras, sino por las acciones, pero es un deleite escuchártelo decir. Cerrar los ojos al besarte, y abrazarte con cariño después de hacerte sudar y gritar, según dicen son pequeñas cosas que les dan sabor a la vida, y mi vida sabe a ti.

Mi vida sabe a tus besos, a tus gemidos, al sudor de tu cuello, a tus mordiscos, al tesoro de tu sexo. Sabores que me recuerdan a cuando con la respiración acelerada, me pides que siga así, cuando sin aire en los pulmones llegas al límite de tu pasión.

Cuando la vida sabe a vida, no hace falta dedicar lo que escribes.

1 comentario: