viernes, 17 de septiembre de 2010

Para mayores de 18

Me encanta el cine, el disfrute de ver una buena película, recostados en la cama y tu cabeza apoyada sobre mi pecho, acurrucados en la manta, acompañados por un enorme cuenco de palomitas. Pero no puedo evitarlo, notar el calor que desprendes, juego a adivinar tu silueta bajo la gruesa capa de lana, y es que disfruto con el séptimo arte, pero más disfruto con el que para mí es el primero, el arte de amar.

Tampoco puedo evitar, meterme bajo la manta y levantarte esa vieja camiseta heredada de mí, que te llega a las rodillas y usas de camisón. No me resisto a besar el interior de tus muslos, mientras nerviosa abres las piernas poco a poco, pidiéndome  lo que sabes que iba a hacer desde el principio. Tus bragas, caen al suelo junto con la manta. Te beso, y mi lengua inquieta busca empaparse de ti, tus dedos se enredan en mi pelo, me aguantas la cabeza, pero tranquila, no pensaba irme a ninguna parte.

Tu cara azulada por la tenue luz de la televisión, de fondo se oye alguna frase del protagonista principal, creo que esta película la tendremos que volver a ver. Ahogas tus gemidos entre suspiros y resoples, y algunas expresiones que no se deben oír dentro del horario infantil. Con tus piernas por bufanda te escucho susurrar con impaciencia, “fóllame”, mientras me llevas a tus labios y me besas.

El roce de nuestros cuerpos me hace acabar dentro de ti, formando uno, bailamos en una danza desenfrenada una coreografía improvisada. Te susurro al oído cosas que solo digo cuando estoy embriagado de ti y me clavas las uñas en las nalgas, porque me quieres más dentro. Acabamos al unísono con la respiración entrecortada, con nuestros cuerpos sudorosos, jadeando uno junto al otro, abrazados mientras empiezan los créditos.

Sin duda alguna, la mejor película que he visto en mucho tiempo.

2 comentarios: