lunes, 25 de octubre de 2010

Hipnotizame

Tumbada en la cama, recuperando el resuello, me sonríes con los ojos entreabiertos, susurrando palabras privadas. Felicidad, ¿seré yo o son las endorfinas?
Tu mano, que minutos antes se aferraba a mi espalda, hundiendo tus uñas en mi piel, ahora, agarra mi mano con delicadeza.
Tu boca que gritaba órdenes ahora susurra suplicante que te abrace.
Tu pecho agitado hace unos instantes, vibra imperceptiblemente, haciendo temblar una gota de sudor.
Tus caderas rodeadas ahora por mis manos, sufrían embestidas de lujuria.
Tu mano, tu boca, tu pecho, tus caderas, me hipnotizan.
¡Oye!”… “Ya estoy de vuelta reina…

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